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El lazo rojo |
CARNAVAL DE RIO 2013
MUJERES BELLAS
Rio de Janeiro, 11 y 12 de febrero de 2013
Cuarenta fotografías de Triunfo Arciniegas
Es mi tercer carnaval consecutivo, después de Barranquilla, Colombia, y Veracruz, México, y estoy fascinado, rendido, con ganas de volver. Se supone que tengo otros dos carnavales pendientes para los próximos dos años: New Orleans y Venecia, pendientes y tan distintos. New Orleans, la cuna del jazz, es un jolgorio francés, para expresarlo de manera simple, y Venecia, un asunto medieval. ¿Pero quién no quiere volver a las calles de Rio de Janeiro el año que viene? 2013 sería un borrador entonces, un curso de introducción para el bendito 2014. ¿Y qué tal que mi obra maestra sea el Carnaval de Rio 2015? Toco madera. Que la vida alcance para tanta dicha.
La gente ha sido tan dulce y querida. La gente toda se rinde a esa criatura tan viva y palpitante que es el carnaval con los ojos cerrados, como en un beso de enamorados, o como quien se lanza al abismo con los brazos abiertos. Unos se disfrazan de cualquier modo, con un bigote, un sombrero, un corbatín o un velo, un vestido de mujer y unas sandalias, otros se esmeran con delirio hasta los territorios de la magia, y todos entran con igual entusiasmo al frenesí. Llevan la música por dentro. El despliegue de los medios es impresionante. La televisión hace un cubrimiento de tiempo completo y una sección de los periódicos se dedica por entero a los distintos y a veces complejos aspectos de la fiesta. El Sambódromo de Marquês de Sapucaí, el escenario al aire libre más importante del mundo, diseñado por Oscar Niemeyer, funciona con la debida eficiencia desde 1984 (la manera más fácil y económica de llegar es tomando el metro hasta la estación Praça Onze) y en las calles los blocos anda como locos, cada más crecidos y numerosos, frentes de diversión impresionantes que de una u otra forma deben encajar en la dinámica colectiva. No más la recogida de las basuras es una tarea de titanes, nunca de hormigas, señores. La ciudad se organiza en torno a la fiesta y cumple la cita con una precisión moldeada por la experiencia. Un millón de turistas anda por sus calles como Pedro por su casa, y la ciudad da abasto. Hembra de infinitos secretos, los sacia en todos los sentidos y los deja con unas infinitas ansias de volver.
No hay mejor coto de caza para un fotógrafo callejero que un carnaval. A la gente no le importa un tipo con una cámara: a la policía no le parezco sospechoso y no me piden documentos como en México: Atenango del Rio y Tlacotepec, dos pueblos polvorientos, calientes y aburridos, con unos nueve meses de diferencia, fueron las dos experiencias más lamentables del 2012. La policía me sorprendió en una esquina en ambos casos y me rodeó como si yo, un hombre solo, Triunfo Arciniegas, fuera toda una banda criminal. Se desplegaron estratégicamente como si fuese a usar mi arsenal de bandolero y el mandamás, en ambos casos el mandamás, me pidió explicaciones. Los otros uniformados permanecieron inmóviles en sus puestos, y no movieron un solo músculo, no reaccionaron a ninguna de mis frases, por más ridícula que fuese. Dije que andaba por las calles, en territorio público, que no me había metido a ninguna casa ni había violado la intimidad de nadie, y dijeron que les había dado aviso: lo ven a uno con mil ojos y lo delatan de manera anónima y uno jamás advierte su presencia. No voy a inventar un maltrato ni mucho menos. Fueron amables, virtud rara en los policías, y dijeron que podía continuar con lo mío y buenas tardes, pero en ambos casos me jodieron el día: me manosearon la magia y no pude hacer una toma más. Más que furioso o asustado, me quedé triste.
En Rio, señoras y señores, antes quieren que uno les tire (ese es el verbo) una foto. Me tocan el hombro para llamar la atención, qué maravilla. Algunos piden un correo aunque sé que nunca escribirán, y a otros no les importa: registran su felicidad y siguen de parranda. El carnaval rompe los límites y uno dispara a diestra y siniestra, presa tras presa, con la boca hecha agua.
Delirio y belleza, embriaguez y mujeres, amor y deseo. La última cosecha de mujeres de Rio está de maravilla. Presento una muestra muy breve para sustentar una verdad que pocos pondrán en duda.
Triunfo Arciniegas
Rio de Janeiro, 16 de febrero de 2013
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Que coisa mais linda |
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Esa negra que te mira |
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El lunar |
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Niña italiana |
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El verde adiós |
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La peluca |
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Recuérdame así |
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Preciosa |
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Espalda y pecas |
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La bella triste |
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Pestañas así |
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La prima |
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Amigas sedientas |
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Corazones |
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Trapitos al sol |
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Se vende morena |
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Alegria |
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Bella boquita, grandes tus ojos |
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Perfil con sombrero |
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Garota |
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La hermana rubia |
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Niña paulista |
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Pulsera rosa |
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Ojos café |
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Zona de abrazos |
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Verano de amor |
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Zona de peligro |
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Zona de candela |
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La bella del bosque |
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Bella |
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Boca |
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La capa roja |
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La novia |
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La rubia |
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Linda boquita |
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Mirada |
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Muchacha |
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Carnaval de Rio de Janeiro 2013 |
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